Tenía por casa aún medio paquete de preparado para magdalenas de Harimsa. La primera vez que las hice (siguiendo la receta obedientemente al pie de la letra) me parecieron fáciles y rápidas de hacer, pero el sabor no era del todo del agrado de mi familia. Llegué a la conclusión de que era por llevar aceite en lugar de mantequilla (que es con lo que yo habitualmente hago la mayoría de bizcochos y magdalenas) y pensé que la próxima vez buscaría la forma de suavizar el sabor del aceite. Pues esta semana ha surgido la ocasión, y he empezazo a mirar por los armarios a ver qué les podía poner para "tunearlas" un poco.Había pensado en nueces picadas, pero no me quedaban. Entonces me he encontrado un paquete de almendras molidas, y he pensado que con eso y un poco de cacao podían quedar bien.
Prepararlas es sencillísimo: para 12 magdalenas se mezcla la mitad del contenido del paquete (es decir, 250g) con 105cc de aceite vegetal (le puse de girasol que es más suave) y 115cc de agua. Yo le añadí unos 75g de almendras molidas y dos cucharadas de cacao Valor sin azúcar. Y como me pareció que con las almendras la masa quedaba un poco espesa, le puse también dos cucharadas de leche. Batir bien, repartir en los moldes y al horno, a 180º unos 15-20 minutos.
Sinceramente, cuando las probé me sorprendí muchísimo. Un sabor suave a cacao, esponjosas, jugosas y riquísimas. Han caido todas en un visto y no visto. Y a mi marido, que las primeras no le hicieron mucha gracia, éstas le han encantado.
Bueno, y como se me ocurrió ponerles por encima unos corazoncitos de chocolate que encontré en el Hiper hace poco, los peques no perdían de vista la bandeja. Eso sí, cayeron antes las chocolatinas que las magdalenas... chocolate siempre es chocolate, y en estado original mejor que como ingrediente, ja, ja, ja...
En fin, comprobado que a veces sólo hay que buscar el toque personal a tu gusto para transformar por completo una receta. Hasta ahora no había usado mezlca preparada para hacer magdalenas, pero después de esto me estoy planteando tener en casa algún paquete por si tenemos un capricho repentino... es que me he quedado con las ganas de ponerles nueces. Otra vez será, entonces.