Además de la glasa llevan azúcar coloreado, queda muy bonito, casi parece brillantina. Lástima que en las fotos no se aprecia muy bien.
Como las princesas de su tarta eran Aurora, Cenicienta y Bella, los vestidos y zapatos correspondientes a cada una: rosa, azul y amarillo. Y unas coronas en rosa y en amarillo con el números 2, de los añitos que cumplía.
Repartimos algunas entre los primos en la merienda del cumpleaños, y fueron un éxito. Y también llevamos algunas al colegio de mi hijo mayor para darles a algunas de sus amiguitas con las que coincidimos a menudo en el parque y les encanta hacerle monerías a la peque. La cara de las niñas era para verla, casi como si les hubieran dado la mismísima carroza de Cenicienta. Mi sobrina, que no es muy de dulces se llevó dos para enseñarlas en el cole, como quien enseña un tesoro. Probablemente ni siquiera se las coma, pero se iba tan contenta con ellas...
La peque se ha comido un par, que con lo grandes que son, ya es bastante. Y estaba tan feliz con ellas.
