Ahí estaba yo, pensándo cuándo podía ponerme con el reto, que me apetecía bastante, y qué iba a hacer con las esferas, cuando viene mi marido y me dice "¿Me puedes hacer una tarta para una cena con los compañeros de trabajo?". Pues claro que sí, y además ocasión perfecta para aprovechar el reto. Aunque me avisó con poquito tiempo, las esferas se hacen bastante rápido, para el día siguiente estaban secas, y luego sólo fué cuestión de hacer un bizcocho de vainilla, rellenarlo de ganaché de chocolate negro y dulce de leche, y cubrirlo con crema de chocolate. Con las bolas de glasa y un poco de coco rallado quedó una tarta de lo más original. A mi marido le encantó, y además me dijo que había quedado muy buena y les había gustado mucho.
Os resumo la técnica: sólo hacen falta globos de agua y glasa real . Se inflan los globos al tamaño deseado, y con una manga pastelera se van recubriendo de glasa para crear una especie de "rejilla" de glasa alrededor de todo el globo. Se ata con un hilo, se cuelga de algún soporte y se deja secar, de un día para otro. Una vez completamente seca la glasa, se pincha el globo con cuidado (yo les hice un pequeño corte con unas tijeras para que se desinflaran poco a poco) y se retira suavemente para no romper la esfera. La verdad es que se despega con relativa facilidad (yo embadurné un poco los globos con mantequilla antes de empezar, pero la verdad no sé si es necesario) incluso algunos globos habían empezado a perder presión al día siguiente y ya se habían despegado a medias de la glasa. Y ya está, como alrededor del nudo del globo es donde queda el agujero más grande, por el que se saca el globo desinflado, esa parte se pone hacia abajo y listos. A mí me ha encantado, y de hecho me está pareciendo que le voy a sacar utilidad de cara a Navidad, aún no sé si para colgarlas del árbol o hacer algún centro de mesa, pero es que son tan monas... ¡y además se comen!
Lástima que no he podido probar las otras técnicas, que eran para hacer las bolas de gelatina, en fin, tal vez en otra ocasión. Yo me he quedado super satisfecha con mi tarta, y mi marido también.