La técnica es muy laboriosa porque cada pieza de la figura lleva más de una capa, para ir dándole relieve. Hay que "visualizarla" en 3D y pronunciar las formas allá donde sobresaldrían más en la imagen real. Me gustó mucho el curso, y el resultado, digamos que bastante. Cuando la terminé la cara no me convencía mucho, pero después de ver los trabajos de mis compañeras en el curso me he dado cuenta de que realmente ninguna es exactamente igual al original, y que además el trabajo era difícil, así que me quedé más satisfecha. Obviamente tendré que practicar más y mejorar lo aprendido, pero quedó bonita ¿a que sí?
Pues ahí andaba yo que no sabía qué hacer con el trabajo porque no tenía prevista ninguna tarta, y me daba pena que se echara a perder, y Ainhoa, una compañera de trabajo, me preguntó si podía hacerle algo para su niña, que tenía que llevar una tarta a una fiesta de su colegio. Me vino genial para darle un final "digno" a la princesita Jasmine. El bizcocho era de chocolate, calado con almibar de vainilla y caramelo, relleno de Nocilla y con dulce de leche para pegar el fondant. Para la cubierta utilicé fondant extendido, y la verdad, creo que le voy pillando el punto, y me gusta mucho más el sabor que el fondant de nubes.
Y como anécdota, cuando salía de casa con mi peque y la tarta envuelta en papel de regalo transparente, una vecina nos vió y me preguntó si era el cumpleaños de mi niña y tal... y me dijo "Qué preciosidad de tarta, hay que ver las cosas que hacen ahora..."
Cuando le dije que la había hecho yo, puso una cara que de verdad, subió mi ego varios puntos, ja, ja, ja. La verdad es que estas tartas son tan novedosas que quién se va a imaginar que la vecina menos pensada las haga en su propia casa... Estoy deseando que Ainhoa me cuente qué dijo su peque de la tarta.