jueves, 21 de junio de 2012

Tarta Egipcia

Esta mañana he acompañado a mi hijo al cole, cargados los dos, él con una caja llena de galletas de momias y jeroglíficos y yo con la tarta correspondiente:


Él quería algo con la temática de Egipto, y de entrada lo que pensó fué en una pirámide, pero yo, sinceramente, para llevar al cole prefiero una tarta sencilla. Me explico: las tartas con muñecos modelados (por los que, al menos en mi familia, acaban peleándose todos los niños) o con formas engorrosas para cortar y repartir, prefiero hacerlas para casa. Sólo de imaginarme a una profesora con el cuchillo en la mano intentando cortar una pirámide en porciones para 24 niños, me entran sudores, ja, ja, ja...

Pues cuando decidimos que la pirámide mejor que no, enseguida se me ocurrió la alternativa, porque resulta que tengo un Puzzle Ball con dibujos de Egipto, y la imagen principal es la famosa máscara de Tutankamon. A mi hijo le encanta y a menudo lo hacemos juntos. Así que busqué una imagen en internet y le propuse "¿qué te parece ésto para tu tarta egipcia?", por supuesto le encantó.

La máscara es una placa de fondant pintada con colorantes alimentarios. Me planteé hacerla en técnica puzzle, pero con tanto detallito me pareció que iba a ser un trabajo de chinos, y por otra parte me apetecía pintar, que aún es una técnica que he utilizado poco. Sinceramente, al menos yo estoy encantada del resultado (supongo que todo es mejorable, pero para mi gusto ha quedado muy bien).


Y aquí podéis ver la segunda parte de la decoración. He optado por presentar el bizcocho sin forrar, sólo cubierto con hilos de chocolate fundido, sobre el que va pegado el fondant. Pero para las letras de su nombre quería hacer algo original, relacionado con el tema. Buscando inspiración encontré un alfabeto de jeroglíficos, y enseguida lo decidí: pequeñas placas, cada una con una letra en escritura jeroglífica, formando las palabras "zorionak Aimar" ("felicidades Aimar"), eso sí, con la "traducción" debajo.

Ni que decir tiene que he disfrutado un montón haciéndola. Y a mi peque le ha encantado. Le gusta mucho la Historia, y yo creo que cuando a un niño algo le llama la atención, si se puede aprender algo con ello, haciéndolo más divertido, pues mucho mejor ¿no?
Por cierto, el bizcocho es de yogur de vainilla, calado con almíbar de caramelo y relleno de Swiss Merengue Buttercream de chocolate. Algunos amiguitos la han visto cuando la llevábamos al cole y les ha gustado mucho, una de las niñas enseguida ha dicho "¿a que es un faraón?", me ha hecho mucha gracia, parece que hay más pequeños historiadores en la clase de mi hijo...
A ver si luego me cuenta qué les ha parecido la tarta, y las galletas. Ya os contaré.


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