Nunca he sido gran fan de la fiesta de San Valentín, lo reconozco. Así como la Navidad me pierde por completo y por mucho consumismo que le quieran achacar, para mí sigue siendo una fiesta entrañable y llena de significado, San Valentín, sí que creo que la ha inventado El Corte Inglés. Anda que no hay días en el año para demostrar a los que queremos que nos importan y que pensamos en ellos. Pero desde que me dió la vena repostera soy una vendida... me apunto a todas las fiestas que me echen, cualquier motivo es bueno para hacer un dulce, ja, ja, ja...
En fin, bromas aparte. Cada uno celebra (o no) San Valentín como le apetece, pero para mí no hay forma más bonita de decir "te quiero" que con un detalle personal, si es hecho con tus propias manos, mejor aún.
Me encanta lo bonita que se veía la bandeja... y menos mal que he hecho rápido las fotos, porque mis peques ya han dado buena cuenta de algunas antes incluso de que yo echara mano de la cámara.
Son galletas de vainilla decoradas con glasa. Los diseños son muy sencillos, pero quedan bastante resultones. Hasta he aprovechado para hacer experimentos... hacía tiempo que tenía ganas de probar la técnica de "embroidery cookies". Ni siquiera estoy segura de haberme leído entero algún tutorial, pero más o menos tenía una idea de cómo se hacía, y mira, para ser completamente improvisado y en unas galletas bastante pequeñas, me ha encantado el resultado. Tendré que seguir probando.
¡Feliz día de San Valentín!