Estos bollitos los encontré salseando por Pinterest, y la verdad es que además de ser preciosos, están riquísimos y se hacen en un santiamén. Os animo a probarlos.
INGREDIENTES:
475g de harina de fuerza
170ml de leche
70g de azúcar
50g de mantequilla
25g de levadura fresca (yo usé el equivalente en levadura seca, unos 9 gramos).
5g de sal
2 huevos
1 cucharada de miel.
PREPARACIÓN
Templar la leche y disolver en ella la levadura (desmigajada si usáis levadura fresca). Añadir el azúcar y mezclar con unas varillas manuales.
Añadir los huevos, la mantequilla fundida y la miel, y batir de nuevo. Agregar por último la sal y batir un poco más.
Añadir ahora la harina y mezclar con una cuchara de madera. Una vez que todo se haya integrado bien, se puede amasar también con las manos o una batidora de varillas, durante unos diez minutos. Debe quedar una masa lisa y suave.
Precalentar el horno a 80º para hacer una fermentación rápida. Mientras tanto, dividir la masa en porciones. Con la receta completa salen unas 10-12. Yo hice la mitad de las cantidades y salieron seis bollitos, como podéis ver, pero la próxima vez la haré entera porque fueron un éxito absoluto.
En fin, bolear las porciones para darles forma de bola, y colocarlas en un molde de horno (yo usé uno de pyrex) untado de aceite. Hay que dejar espacio entre ellas porque con el levado se acabarán uniendo.
Meter al horno ya precalentado durante 20 minutos para hacer un levado rápido. A continuación, sin abrir la puerta del horno, subir la temperatura a 180º y dejarlos otros 15 minutos aproximadamente, hasta que se doren por encima (hay que estar un poco pendiente, mi horno necesita siempre algo más de tiempo así que los tuve unos 5 minutos más).
Al sacarlos del horno, se les pasa por encima una pastilla de mantequilla, fría, sacada de la nevera tal cual. Con el calor de los bollitos se fundirá ligeramente y podremos repartirla con una brocha de cocina para pincelar toda la superficie. Así de brillantes y bonitos quedan:
Los dejamos enfriar y luego ya se pueden disfrutar como queráis. Nosotros los aprovechamos para unas hamburguesas, y son deliciosos, pero también se pueden rellenar de jamón y queso, o de mermelada o crema de chocolate. Admiten rellenos tanto dulces como salados.
Además, aunque en el horno se juntan, es muy fácil separarlos, simplemente con la mano salen enseguida, como podéis observar.
¡Qué lo disfrutéis!